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  • En el silencio del volcán 27
    Mar 20 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 27 No he dejado de ser ni un solo siglo desde mi evolución la bandera que otea al horizonte de esta tierra guanche ese faro que transgrede todas las alturas y toca el cielo, cuando llevo dentro parte del infierno entre mis paredes de una ardiente sangre, de tiempos que no han muerto, desde los comienzos de la creación de un planeta apenas recién nacido. He sido dolor, erupción y temores de afortunadas Islas, durmiente, activo desde mi origen. He hecho cambiar la historia despertando a veces con un bostezo de azufre con mis hermanos cercanos a esta tierra donde me hallo siendo esmeralda, de olivinas brillantes y obsidianas nacidas de lava negra y muerta desde lo más alto, con fumarolas tocando cielos y sus misterios. He ido acumulando en mi corteza miles de historias donde mis actos han dado truenos, quemado campos, aunque dormido, es mi destino el despertar cuando los dioses me den la orden la natural de destruir y de crear nuevas historias también escritas en esta tierra cerca del mar. No estuve solo en mi nacencia pues mis hermanos el Teleguía y Tajogaite van de la mano de Timanfaya a visitarme bajo las olas corriendo el riego de despertarse tiñendo nubes de fumarolas como banderas volando al cielo a descubrir esos misterios que nunca mueren con los volcanes, nacen profundo bajo las aguas allá en lo oscuro donde se nacen de aquellos reinos casi olvidados dioses en los niveles más abisales, con su luz propia. Chema Muñoz©
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    3 mins
  • En el silencio del volcán 26
    Mar 19 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 26 Dormita en sí mismo en la importante altura que define su realeza sobre el nivel del mar, luciendo su envergadura, ornamentos celestes, corona blanca, helada, plata reluciente en manto en nubes. Ve desde su altura mecerse las olas, se respira en el aire la densidad de un mundo gimiendo en derredor por el calor y el frio que lo envuelve constante. Marca su contorno, dibuja al infinito la visión inhóspita de su historia venida de infinitos. Los cielos fulgurantes en la noche triunfan los tonos rojos fuego dejan atrás temores del rugido temible que acompaña al tiempo traído desde siglos, de selvas donde fueran altares a su ofrenda por cientos que adoraban por miedo a un beso último e interminable. Tabernáculo y trono custodio de los dioses, castigo sempiterno del triunfo de otros, antorcha que ilumina escalas que remontan como escala en cenizas llegándose al Olimpo. Magec fue secuestrado por el dios de la luz llevándolo consigo al interior del Teide, Echeyde lo llamaron, morada de Guayota trayéndose a la isla la oscuridad total le pidieron clemencia al supremo celeste, Achamán, que libró de oscuridad al guanche liberándose al sol, tapándole la boca con aquel pan de azúcar que sigue en su corona. Chema Muñoz©
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    2 mins
  • En el silencio del volcán 24.
    Mar 12 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 24. Tantos hermanos hubo desde la historia sin revelarse a dioses desde su cuna, habitando en malezas que dan los bosques, entre fauces hirvientes, llamas y luz, su calor a la noche por encima del tiempo, por debajo del mar, y así tocando el cielo. Tierra candente entre tantos infiernos, dejándote escapar lenguas de su garganta abriéndose caminos perecederos, derritiendo veredas, creando sueños. su cabellera eterna rozando el cuerpo encendiéndose el alma en recorrido libre profanando la tierra que le rodea, agarrado a la huella de murallas de muerte, la cúspide se acuna y el temblor en los montes suena temible, inspiración sublime de la creación de mundos que renacen al rayo su tormenta. Se empequeñece el sol si su ceniza rompe la transparencia, la luz que riega un nuevo amanecer desde su entraña torna en color de la plata esa penumbra donde sumerge inmóvil cada vez que revive en miedo de la muerte, altiva por los siglos que esperan para ser libres desde tiempos pasados. Es su aspecto el que grita hecho montaña con corazón de fuego como dragones, donde solo viven las alimañas, donde no hay hormigas y las abejas liban en tajinastes las primaveras. Chema Muñoz©
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    2 mins
  • En el silencio del volcán 23.
    Mar 6 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 23. A veces me alza la figura, me veo junto al cielo cómo crece el volcán que hierve en mi interior, que inflama mi alma mientras tengo la faz helándose en el vuelo sobre rocas, derramándose al mar. Soy esa soledad acompañando acantos, al mato-espuma, al tartaguero entre la encrucijada y matorrales pobres de vida, como los guanches fueron descendiendo de alturas con la astia en las manos, navegando en aulagas, derramándose al mar como una alfombra verde de verodes, bejeques, tiñendo de violetas el camino hacia el Teide. A sus pies de gigantes me esperan entre olas como a un incauto árbol perdido de su tierra, descalzo y airoso por ser hijo lavas, de una patria que me ata a los versos de Grote, de un bello mal país donde nace Magek al temor de Guayota y defiende Achamán. Los caminos se mueren al llegar a la costa, Achuguayo se ausenta en esa oscuridad cuando vienen las sombras y encienden las hogueras contra el frío mortal en la luz plateada que nos lleva a los sueños. Mi imagen se transporta arrastrando en la espuma esa imagen altiva, acariciando al mar que rodea las islas y huye al despertar de abubillas que upupean al canto, picando los chuchangos o al caracol durmiente en verodes resecos. A veces me alza la figura y me veo junto al cielo como el volcán que vive en la sangre de un guanche. Chema Muñoz©
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    3 mins
  • En el silencio del volcán 22
    Mar 4 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 22 Abandono al alba la piel que en desnivel me cubre hasta las aguas que rodean mi existencia, esa constante nube esmeralda a mis pies sobre la base negra y oscura que derramo cuando desde mi centro respiro cada cien de años. Cada vez que estoy más cerca del cielo mi altura aumenta segundo a segundo alejándome del brillo azul turquesa que vislumbro al horizonte, allá lejos. Sé que he nacido de estruendos y explosiones y tú has sobrevivido a tantas como yo cubriéndote de pieles, abrigándote en mí, usándome de hogar escondido en mis cuevas, siéndote defensa contra vidas salvajes, armándote las manos, el cuerpo de ropajes al calor de la flora y fuego en los inviernos. Hemos sido en la historia dos pieles luchadoras, tú, tu supervivencia, yo en la competencia contra otras estrellas salvándonos por siglos del abrazo mortal entre los enemigos que quieren destruirnos en estos universos Hemos de defendernos de ataques naturales, ser dentro del sistema el planeta que somos tu ser ese ser humano y yo ser ese volcán que disfruta contigo cuando estas en mi espalda, mirando junto a mí como duermen unidos cielos al horizonte. Chema Muñoz©
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    2 mins
  • En el silencio del volcán 20
    Feb 24 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 20 He venido en una brizna de ceniza, remontando el camino desde el centro de todo, no he encontrado vida ni colores de nada, solo la soledad de un camino de lodo buscando aquella puerta eterna, la que se abre a lo alto donde nace la luz. Pero la luz no es otra que la que dan los ojos allá a la salida, a lo lejos, en la compuerta abierta, redonda, que da al fondo, allá arriba en lo alto con una luz azul. El viento me remonta entre valsas de nubes y se quedan abajo montañas y laderas, todo eran quimeras, deseos entre los sueños, no esperaba que hubiera tal belleza sin dueño después de tantos siglos siendo tan solo lava, corazón de un volcán. Aún estamos aquí desde aquellos comienzos cuando fuimos ausentes por temor a los males que habitaban entonces en estas superficies, donde el calor y el frío se cruzaban miradas abrazando corrientes de dolor y de odios. Pretendimos vivir en la fraternidad, pero aquellos demonios eran más numerosos, decidimos huir a las profundidades del centro de la tierra y a zonas abisales del fondo de los mares. Hoy me he atrevido a elevar mi oración al hacedor de todo, subido en una brizna de ceniza del interior del mundo y he visto que, afuera del fondo del volcán sigue siendo ese entonces donde el mal y los odios aún se dan abrazos como buenos hermanos desde fuera del pozo donde retoza el mal. Seguiremos viviendo en las profundidades donde fuimos huyendo de aquellos que cayeron de lo alto del cielo por creerse más dioses que lo que fuera Dios. Chema Muñoz©
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    3 mins
  • En el silencio del volcán 18
    Feb 23 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 18 La noche abraza cuando te aproximas a lo más alto, cuanto más cerca de sus ojos, miles de luciérnagas escudriñan cada uno de tus movimientos, siguiéndote muy lento la mirada, sin abandonarte, como queriendo hacer juntos de ello un recuerdo único, indescifrable, como en un abrazo entre tú y la oscuridad. La desnudez del volcán, su frío aliento y esa agreste vestidura aterciopelada, arenosa, algodonada y tétrica, rodean todo lo que de temor se torna en soledad, sin miedos, sin nada, solo tú y las estrellas. Los caminos son tan solo dibujos en la alfombra blanca, colcha sedosa, resbaladiza, evitando con ello las afluencias de aquellos capaces de romper la limpia tersura de esa piel durmiente en las alturas. Voy a dibujar un planeta nuevo en mi alma, donde se abracen todos los caminos, donde todas las sedas sean de todos y su piel nos recubra todas las heridas. Donde no existan medios humanos para llegar, donde teleféricos sean imaginarios, no inventados aún, esperando a que pasen siglos donde solo sean las estrellas en la noche y sean los endémicos tajinastes rojos y solo los blancos seres del género echium, en lanzas como defensa y existan, junto a las abejas de miel que los visiten. Mientras esperaré que al llegar la noche vuelvan mis ojos a unirse a las luciérnagas. Chema Muñoz©
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    3 mins
  • En el silencio del volcán 17
    Feb 23 2025
    EN EL SILENCIO DEL VOLCÁN 17 Yo no quiero remansos que el remanso es reflejo de paz, yo quiero reflejar, la aridez del viajero, que deshace y renueva la vista allá entre nubes, ese volar constante el constante bullicio de gentíos del mundo, ser ese trotamundos hacedor de caminos por donde nuevos pies dibujen horizontes. Yo no quiero remansos por calor o cansancio que te traen y te llevan al maldito descanso, ese descanso último que te hace volar en un sueño de olvido. Quiero ser el aullido de amanecer eterno, salirme de los infiernos de la sombra de otoño, prefiero ser retoño que vid en viejo barbecho, quiero tener el pecho hendido de alegrías ver cantar amapolas y florecer orgías de beso en beso tuyo,sostener en arrullo vidas que se renuevan aunque cueste universos volver a ser estrella. Yo no quiero remansos, es remanso un reloj que se muere en la espera, la corriente del río parándose en la orilla y hacerse pedregal y dormir para siempre, quiero ser golondrina de las que escribe Estepa, sin paradas en aire, volar, volar por siempre, aunque en el aire muera. Chema Muñoz©
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    3 mins