Un Día Nuevo
Desde el rocío de una madrugada, hasta la frescura de un día de primavera, desde la caída de las primeras hojas de otoño hasta los primeros copos de nieve, emergen las primeras chispitas de un mundo lleno de esperanza y un destino aún por saber. Ahí se revela…el presente, un día cualquiera.
Qué borroso aparece el presente a los ojos vírgenes del pasado mientras el corazón anhela las semillas ya brotando la fruta de un futuro aún por ser…siempre en busca de algo más.
¿Qué harías si pudieras despegar de acá, viajar hacia lo lejos, alejarte del presente, del dolor y de la angustia?
¿Qué harías si pudieras volar en el tiempo a fin de cambiar tu camino? Un camino que se disuelve y se derrumba tan pronto como se imagine?
¿Qué cambiarías si alterar giros, salidas y pasajeros te dejara una vez más en medio de la nada?
La tierra y la luna siguen su baile sin tener en cuenta nuestros deseos de marchar atrás al reloj.
La madre del rocío es el frío, además de los colores del otoño, y las nevadas que nos regala el invierno. Y la brisa que acaricia el rostro se absorbe hasta el corazón de la soledad, llevando un mensaje de esperanza que apenas se alcanza a ver por la neblina de un día nuevo.
Richard Carr
richec63@gmail.com