Obedecer al espíritu y matar la carne son dos grandes objetivos que todo creyente debe tener. Es sencillo de recordar, es grande en alcance, pero pocos tienen esto muy claro. Obedecer al espíritu y matar la carne. Este objetivo te llama a hacer las cosas más gratificantes en el Espíritu, pero a lo mejor locuras para la carne: Devolver un dinero que no es tuyo, gratificante para el Espíritu, una locura para la carne. Eres generoso con tu tiempo, tu amor, tu dinero, generoso en la iglesia, gratificante para el Espíritu, locura para la carne. Los domingos, sin falta, estás en la iglesia. Gratificante para el Espíritu, locura para la carne. Orando constantemente por tu corazón, gratificante para el Espíritu y locura para la carne. Todo esto es normal y constante para todo aquel que tiene como objetivo “Obedecer al espíritu y matar la carne”

Pablo exhorta ahora a los gálatas a vivir según el Espíritu. Los creyentes deben “vivir o andar en el Espíritu”. Debe haber un esfuerzo consciente para seguir la guía del Espíritu, ya que el Espíritu y la carne se oponen entre sí. Hay algunas mentiras que generalmente creen las personas sobre la carne y que hoy las Escrituras nos van a abrir los ojos: - El creyente es impotente en esta batalla contra la carne. Hay una salida - La fuente de fortaleza contra la carne es cumplir la ley, eres tú mismo buscando fuerzas dentro de ti para dejar la carne. La fuente y el impulso es el Espíritu Santo. Entonces la pregunta puede surgir, si esto es cierto, ¿Por qué no he experimentado victoria sobre mi carne?,

¿Qué significa ser llamados a la libertad? ¿Cómo se ve eso en la iglesia?

¿Qué sucede si abusamos de la libertad? ¿Cuál es la advertencia?

¿Para qué sirve esa libertad, en qué debe ser usada?

Son todas preguntas que serán contestadas en esta sección de Gálatas.

Pablo sabe que está hablando con personas que están luchando en su mente y corazón con lo que han visto, con tipo de iglesia o cultura en la que han crecido, están luchando con

encontrar respuesta para sus almas sobre la vida después de la muerte, pero mayor aún, como sentirse bien con Dios HOY, YA.

En medio de esto ellos escuchan una vez más ustedes han sido “LLAMADOS A LIBERTAD”

Hemos estado hablando sobre vivir por fe, correr la buena carrera de la fe, de no permitir ni siquiera un pizca de levadura en nuestra vida, hemos hecho el énfasis de que “para los que están en Cristo, ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen ningún significado”, sino “la fe que obra por el amor”.

La fe que obra por el amor es la cuestión central.

Qué debemos hacer con esta verdad, la debemos dejar ahí como un perfume en el ambiente que a todo mundo le gusta pero que eventualmente desaparece, o debemos siempre luchar por esta verdad, debemos permanecer en ella, y ser celosos de vivir la verdad.

Pablo inicia hoy haciendo algo que nosotros debemos practicar seguido, recordar nuestro inicio “ese primer amor” como lo llamamos algunas veces.

Pablo hace esto para recuperar o hacer despertar a los gálatas de sus rebeliones y comprometerlos a correr con mayor firmeza con los ojos puestos en Dios, y los llama a meditar cómo fue que se desviaron o tropezaron de lo que habían sido

27. Porque escrito está. Pablo hoy nos va a comprobar, con una cita de Isaías, que los hijos legítimos de la Iglesia nacen según la promesa. El pasaje está en el capítulo 54, del libro de Isaías que habla sobre el reino de Cristo y del llamado de los gentiles, y promete a la esposa estéril y a la viuda una descendencia numerosa; y es sobre esta base que anima a la Iglesia a "gritar de Júbilo" y "clamar en alta voz".

Dios quiere que lo sepamos y que no haya duda, que es sólo por medio de Él que seremos salvos, por eso escoge al más débil, del que no esperamos nada, nos escoge al “más fuerte” sino que usa a aquel de quien no nos atreveremos a pedir algo porque sabemos que probablemente, te dirá “no tengo, mejor dame tu”.

Cuando pensamos en la estéril no son palabras suaves, sabemos que lo es, entonces Dios nos demuestra que, nada limita a Dios.